Por debajo de la mesa por José Antonio Villalobos

El tema de la Afiliación Masiva a MORENA

, en este momento, es una estrategia para amainar la tormenta y también tiene un propósito financiero.

Si bien es sabido, en México y buena parte de los países, la democracia electoral busca un blindar a los partidos políticos u organismos políticos nacionales, a través de las denominadas prerrogativas, que vienen siendo los impuestos de los ciudadanos, asignados a los partidos políticos, en dos vertientes. Una primera es una bolsa que asigna de manera equitativa y proporcional entre los diferentes partidos el equivalente al 75 % de un día de salario mínimo vigente, por cada ciudadano inscrito en el padrón electoral, la proporcional va en razón a los ciudadanos inscritos o afiliados a cada partido político.

Una segunda vertiente de financiamiento es una que asignar un presupuesto según su proporción de votos recibidos en la elección federal sexenal o la intermedia (cada tres años)

El tema polémico, es que MORENA está siendo cuestionado por haber recibido financiamiento privado, de origen turbio (los carteles de la delincuencia organizada) a las campañas presidenciales, en este momento MORENA tiene la obligación moral de comprobar, que con el financiamiento público, es decir, las prerrogativas; ellos reciben suficientes recursos para operar electoralmente, pero… el algoritmo o la fórmula que combina militantes con votos, no les cuadra, porque si bien es cierto que MORENA es el partido que más votos obtuvo en las últimas elecciones, no lo es así en afiliación o militancia, esto es producto de su propia narrativa, pues MORENA no se define a sí misma como un partido político, ellos se auto denominan “movimiento”, -“movimiento de causas sociales”-, luego entonces no será habían preocupado por justificar su membresía o afiliación, cosa que hoy si les es imperativa para también ir mapeando el territorio nacional, con estructuras territoriales seccionales y distritales, rumbo a la elección del 2027.