Perú Rompe Relaciones Diplomáticas con México por Asilo a Ex Primera Ministra de Castillo; Ordena Salida a Encargada de Negocios

La ya agrietada relación entre Perú y México llegó a un punto de no retorno este lunes, cuando el gobierno del presidente peruano, José Jerí, anunció la ruptura formal de relaciones diplomáticas con México. La decisión, calificada por México como "excesiva y desproporcionada", fue tomada en respuesta al asilo político concedido por el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum a la ex primera ministra de Pedro Castillo, Betssy Chávez, quien se encuentra procesada por el delito de rebelión.

El Detonante Inmediato: El Asilo a Betssy Chávez

Betssy Chávez, quien fue primera ministra durante el gobierno de Pedro Castillo y está acusada por la fiscalía de ser coautora del mensaje a la nación que disolvió el Congreso en diciembre de 2022, se refugió este lunes en la Embajada de México en Lima. La exfuncionaria, de 36 años, había salido en libertad en septiembre por un fallo del Tribunal Constitucional después de más de un año de prisión preventiva, pero desapareció antes de los alegatos finales de su juicio.

Para el gobierno peruano, el asilo concedido a Chávez fue la gota que colmó el vaso. El canciller Hugo de Zela calificó el acto de "inamistoso" y comunicó la decisión de romper relaciones, acusando a México de "tratar de convertir a los autores del intento de golpe de Estado en víctimas".

Respuesta Peruana: Ruptura y Expulsión

En un movimiento firme, el presidente Jerí respaldó las palabras de su canciller y anunció que se ha informado a la encargada de negocios de la embajada mexicana en Lima, Karla Ornela, que tiene un "plazo perentorio" para abandonar el país. "¡Respeto a nuestra patria!", clamó el mandatario en sus redes sociales, dejando clara la postura intransigente de su gobierno.

Es crucial destacar que, pese a la ruptura diplomática, el canciller De Zela aclaró que Perú mantendrá las relaciones consulares con México. Esto significa que, si bien no habrá relaciones a nivel de embajadas y gobierno central, los servicios consulares básicos para los ciudadanos de ambos países podrían continuar a través de secciones consulares o de un tercer país protector.

Postura de México: Defensa del Asilo y Rechazo a la Ruptura

El gobierno mexicano, a través de su Secretaría de Relaciones Exteriores, "lamentó y rechazó" lo que denominó una decisión unilateral de Perú. En un comunicado, la Cancillería defendió el asilo otorgado a Chávez —a quien considera una "perseguida política"— amparándose en el artículo 11 de la Constitución mexicana. Además, recordó que, según la ONU, el otorgamiento de asilo "no puede ser considerado un acto inamistoso".

Una Grieta Anunciada y Profundizada

Esta ruptura no es un hecho aislado, sino la culminación de una crisis de tres años que se inició con el autogolpe fallido de Pedro Castillo:

· Gobierno de López Obrador (2018-2024): El entonces presidente mexicano nunca reconoció la legitimidad de Dina Boluarte, a quien tildó de "espuria", y siempre se refirió a Castillo como el "presidente legítimo". Ofreció asilo a Castillo y, en 2022, lo concedió a su familia, lo que ya había tensado las relaciones al máximo. Su postura le valió ser declarado persona non grata por el Congreso peruano.

· Gobierno de Claudia Sheinbaum (2024-actualidad): La nueva presidenta mexicana ha demostrado una clara continuidad en la política exterior de su predecesor. Su negativa a asistir a la cumbre del APEC 2024, presidida entonces por Boluarte, y sus recientes declaraciones tras la destitución de Boluarte por el Congreso peruano —donde reiteró su solidaridad con Castillo y llamó a su destitución un "golpe de Estado"— confirmaron que la línea de confrontación con Perú se mantendría.

Consecuencias y Perspectivas Futuras

Con esta decisión, Perú y México entran en una nueva y más profunda fase de congelamiento bilateral. La expulsión de la encargada de negocios simboliza el cierre casi total del diálogo político de alto nivel. La relación, que alguna vez fue de fraternidad, queda ahora supeditada a un cambio fundamental en la postura mexicana: el reconocimiento explícito del gobierno de turno en Perú, algo que, por el momento, no parece estar en los planes de la administración de Sheinbaum. El escenario se vislumbra complejo y de prolongada tensión.